lunes, julio 31, 2006

El pueblo de dios haciendo de las suyas...

Ante la presión mundial, Israel ofreció un cese de los bombardeos por 48 horas.

El devastador ataque israelí sobre la aldea libanesa de Qana, en el que murieron al menos 57 civiles, entre ellos 37 niños, desató la condena y la indignación de la comunidad internacional, a la vez que incrementó la presión mundial para un alto el fuego.

La incursión, que destruyó un edificio en el que se refugiaban dos familias, es el ataque que ha dejado la mayor cantidad de muertos desde el inicio de los enfrentamientos entre Israel y Hezbollá.

El ejército israelí afirmó que desconocía que en el edificio hubiese civiles, mientras que el embajador de dicho país ante la ONU, Dan Gillerman, afirmó que Qana era "un foco de Hezbollá" y señaló que Israel había suplicado a los residentes del pueblo que se retiraran.

Sin embargo, Líbano dijo que los ataques aéreos israelíes contra caminos y vehículos imposibilitaban que los habitantes del sur huyeran.

La ofensiva llevó a que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, instara al Consejo de Seguridad a condenar el ataque y pidiera el fin inmediato de las hostilidades.

Sin embargo, el Consejo de Seguridad no condenó el ataque debido a la oposición de EE.UU., que posee poder de veto, aunque el organismo divulgó una declaración en la que "deplora enérgicamente" la pérdida de "vidas inocentes" en el bombardeo israelí a Qana y pide "el fin de la violencia" en la región.

Los quince miembros de la instancia también expresaron "su extrema conmoción y aflicción" por el bombardeo "que causó la muerte de decenas de civiles, niños en su mayoría, e hirió a otros muchos", y enviaron su "más profundo pésame a las familias de las víctimas y al pueblo libanés".

Pese a que no hubo una condena oficial, EE.UU., el principal aliado de Israel, que se había negado hasta ahora a reclamar un alto el fuego, admitió la necesidad del cese de las hostilidades. "Queremos un alto el fuego lo antes posible", declaró en Jerusalén la secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, quien decidió anular su visita a Líbano, programada para ayer.

Sin embargo, versiones llegadas desde Beirut aseguran que fue el gobierno del Primer Ministro Fuad Siniora, quien informó a la secretaria de Estado que no era bienvenida en Beirut.

El ataque también recibió la condena de la Unión Europea y de varios países árabes y de Latinoamérica, muchos de los cuales calificaron el hecho como "injustificable" e "imperdonable".

Por su parte, el Papa Benedicto XVI realizó un urgente llamado a la paz en la región: "En nombre de Dios, me dirijo a todos los responsables de esta espiral de violencia para que abandonen las armas de inmediato", dijo el Pontífice antes de la misa del Angelus en su residencia veraniega de Castelgandolfo, según consignó Reuters.

La presión internacional hizo que Israel anunciara en horas de la tarde un cese de los ataques aéreos en el sur del Líbano por 48 horas para permitir la salida de los libaneses que quieran abandonar la zona y para permitir el ingreso de bienes de primera necesidad para socorrer a la población, según confirmaron a DPA fuentes israelíes, que aclararon que Israel se reservará el derecho de interrumpir la tregua si considera que se preparan ataques en su contra.

Pese a este anuncio, el Primer Ministro israelí, Ehud Olmert, dijo que su país no tenía prisa por lograr un alto al fuego sin alcanzar antes su meta de diezmar a Hezbollá.

El conflicto comenzó el 12 de julio cuando guerrilleros de Hezbollá atacaron a Israel, matando a ocho soldados y capturando a dos.

Hasta ayer, Israel y Washington se habían negado a implementar un cese el fuego arguyendo que buscan una solución a largo plazo que implique desmantelar a Hezbollá o su alejamiento de la frontera, el emplazamiento de una fuerza multinacional en la zona y la devolución de los soldados capturados.

Pero el Primer Ministro libanés dijo que su país sólo estaría abierto a discutir un alto al fuego "inmediato e incondicional", en un aparente rechazo al paquete de paz propuesto por EE.UU.

Al menos 561 personas han muerto en Líbano, aunque el ministro de Salud estimó la cifra de muertos en 750, incluyendo cuerpos que no se han podido recuperar. También han muerto 51 israelíes.

"Lo que pasó ha sido absolutamente desproporcionado a cualquier escala humana. No pueden matar a niños, a mujeres, a ancianos. Pero a pesar de este dolor, debemos llegar a un alto el fuego inmediato para poder poner fin a este ciclo de muerte, porque los cadáveres no pueden dialogar. Sólo los vivos pueden hacerlo. Esperamos que la comunidad internacional actúe de forma concreta".
MOURAD JAMMAL
Embajador de Líbano en Chile

"Para Israel la población civil libanesa no es un objetivo militar. Los residentes de este poblado fueron informados que debían abandonar la zona ante un inminente ataque aéreo. Sin embargo, Hezbollá siguió usando a estos civiles como escudos humanos e incrementó la intensidad de los ataques. (En este caso), es probable que hayan estallado los misiles que estaban dentro del edificio".
DAVID COHEN
Embajador de Israel en Chile

1 Comments:

Blogger Chica Mimada said...

terrible..
me da una impotencia ver fotos de pekeños niños inocentes muertos en brazos de sus familiares llorando =/

agosto 01, 2006 4:05 a. m.  

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